Hace ya tiempo que estoy en las redes sociales pero particularmente activo desde hace unos meses. Desde hacía más de 1 año me rondaba por la cabeza el crear mi propia web y, sobre todo, mi propio blog.
Me costó decidirme por las normales dudas del novato. Mil preguntas se solapaban en mi mente, ¿quién me va a leer?, ¿qué podré aportar?, ¿será interesante para alguien?, ¿sabré expresarlo en palabras?, ¿seré capaz de generar contenido de manera regular?, pero finalmente ganaron mis ganas y mi ilusión porque sentía que lo necesitaba y quería hacerlo. Que podía aportar mis experiencias, reflexiones y opiniones con el objetivo sincero de ayudar dentro de lo posible a las personas que estuvieran «en el otro lado».
En estos meses de actividad tan intensa en el entorno 2.0 me he encontrado multitud de situaciones extraordinarias. He conocido personas de un calado humano y profesional excepcional y que jamás imaginé que podría conocer a través de la «pantalla». Personas que comparten su saber hacer y su generosidad de una manera altruista y sin esperar nada a cambio.
Personas enormemente agradecidas y que me han acogido como uno más. Haciéndome sentir orgulloso de mi esfuerzo y de mi trabajo.
He descubierto nuevas áreas de interés, nuevas tendencias, viejos hábitos renovables, nuevos paradigmas, pero sobre todo personas muy exigentes y muy capacitadas. Me enseñan cada día, aunque ellos no lo sepan, a manejarme en este mundo de una manera más hábil y adecuada. Sinceramente lo que he aprendido no tiene valor económico pero si un inmenso valor humano.
Descubrir tanta gente afín a mi forma de ver y entender los recursos humanos (las personas) como el apostar por el talento y su desarrollo como la clave del éxito y del futuro de cualquier organización ha sido una grata experiencia.
Esas personas también están convencidas que el colaborar, el ayudar, el compartir, el sumar, el intercambiar, el apoyar, es la base de las relaciones humanas y la base de las organizaciones del presente y del futuro. Entender que lo único viable a la hora de enfrentarse a los retos que tenemos como profesionales es gestionar personas y no organizaciones. Qué lo importante es conectar con la persona que está detrás del colaborador, empleado, cliente o como lo quieras llamar. Ése es el reto y el único camino posible.
No quiero organizaciones que no apuestan por las personas como su primera preocupación. No quiero organizaciones que sólo se fijan en los clientes. No quiero organizaciones que sólo se fijan en el resultado sin importar el cómo. Para mi. el fin no justifica los medios. Cuida a tus empleados, a tu entorno, Dáles razones para que se queden contigo y ellos te lo devolverán con creces.
Busca talento para traerlo a tu empresa, pero primero busca el talento que tienes dentro (y que seguro que lo tienes). Crea las condiciones para qué las personas se sientan felices en tu hogar y acabará siendo su hogar.
Algunos se irán pero otros muchos querrán venir. Los que se vayan serán seguro embajadores de tu marca también. Trata con respeto, honestidad, coherencia y sinceridad a los tuyos. Házlo. No hay otro camino. Si quieres a los mejores tendrás que ser abierto, transparente y de valores adecuados a la situación actual.
Si, claro que las personas trabajan por dinero. Para muchos es lo más importante y lo único pero para muchos otros es más que dinero y status.
Buscan el sentirse felices con lo que hacen, buscan levantarse con una sonrisa y con la ilusión de empezar un nuevo día y un nuevo proyecto. Buscan su pasión, buscan lo que les alimenta el alma. Buscan conexiones, colaboraciones, nuevos enfoques y estrategias, buscan encajes tecnológicos y digitales acordes a la realidad. Buscan acabar el día con la mente despejada y la conciencia tranquila. Y con la certeza de que el día siguiente será otro día repleto de oportunidades.
Por eso, quiero daros las gracias. Por descubrir personas como yo, que piensan como yo, que se unen al reto de las personas lo primero, de cambiar a las personas y no a las organizaciones. Las organizaciones no se cambian, sólo se pueden cambiar a las personas. Esto es de cajón y quién no lo entienda tiene mucho camino por recorrer.
Gracias a los que me seguís, y a los que no, a los que compartís, y a los que no, a los que apoyáis, y a los que no, a los del ego subido, y a los que no. A los altruistas, a los egoístas, a los yoistas, a los del nosotros, a los de sumamos, a los de compartimos, a los de colaboramos, a los que se sorprenden, a los escépticos, a los creyentes, a los visionarios, a los conservadores, a todos y a todas.
De todos aprendo cada día lo que tengo que hacer y lo que no, y del camino que queda por recorrer. Nunca dejo de aprender y sorprenderme. Me espera un mundo por descubrir.
Tengo los brazos y la mente abierta. Gracias amig@s y felices fiestas.
Foto: Google Images
Hace poco que te he descubierto en el mundo de las redes sociales y por lo que voy viendo y este post me lo confirma, creo que coincidimos en ver el mundo de los RRHH como más «HUMANOS» y no tanto recursos. También en la importancia de tener una buena comunidad de la que aprender, a la que aportar, con la que colaborar «Cultura del CO: COlaborar, COmpartir, COoperar COworking, COcrear, COpetir…» y de entender el CAMBIO como una oportunidad de crecer, innovar y conseguir vivir las organizaciones menos en cifras y un poco más en emociones, en espacios de VIDA.
Espero venir a tu «casita digital» que es como yo llamo al blog, de vez en cuando para ir leyéndote.
Feliz día de «Sant Esteve» a ti y a todos tus lectores!!!
😉
Gracias Cèlia! Un honor tus palabras viniendo de alguien como tú. Me alegra mucho que me tengas en tus redes. Yo está claro que ya conocía tu reputación por eso es un honor compartir ratos, sueños, ilusiones, colaboración y conocimientos. Espero algún día «desvirtualizarnos»!
Y sí, coincidimos en el hecho de que las personas son lo primero y que cuidando y gestionando nuestro talento podremos tener organizaciones más implicadas, colaboradoras y mejor preparadas para toda esta transformación tan brutal que tenemos encima. La cultura del CO es la base del cambio. Un abrazo y feliç Sant Esteve!