¿Sirve de algo un plan de formación?, ¿es útil y aplicable en la actualidad?, ¿es una utopía o es una realidad?
Muchas preguntas y respuestas para todos los gustos.
Después de muchos años trabajando en este tema te das cuenta que elaborar un plan de formación perfecto es prácticamente imposible. Siempre hay colectivos que después de lanzar e implantar el plan quedan descontentos. El área de formación sigue siendo uno de los patitos feos dentro de la función de recursos humanos.
Entre los principales motivos me gustaría destacar:
- Expectativas mal gestionadas desde recursos humanos
- Expectativas mal gestionadas desde la propia jerarquía
- Escaso o nulo apoyo por parte de dirección
- Pobre comunicación previa, durante y después de su implementación
- Necesidades de formación mal recogidas e integradas
- Poca relación entre las necesidades reales y las formaciones realizadas
- Formaciones excesivamente generalistas
- Pocos recursos económicos y mal gestionados e invertidos
- No utilizar los recursos de los que dispone la empresa en materia de bonificaciones y subvenciones
- Como empresa no tener un objetivo previo definido y claro sobre la utilidad de la formación
Uno de los grandes males del área es que muchas veces se ha utilizado la formación como un medio de contentar a los colaboradores. Ha sido un parche, una aspirina, una limosna por así decirlo. «Como no te puedo dar más salario te doy formación», «como no tengo un plan de carreras claro te doy formación»,»como no sé que darte para que estés motivado te doy formación», «como no tengo política de flexibilidad a la que puedas acogerte te doy formación» y así un largo etcétera. Y ésta nunca debería ser la forma de hacer un plan de formación.
Busca el motivo y el sentido de la formación
Por qué lo hacemos y para qué lo hacemos son las preguntas clave que deberíamos hacernos antes de crear un plan de formación que pretenda ser lo más exitoso posible. Tendremos que ajustar los recursos disponibles a nuestra realidad y necesidad (presente y futura).
¿Por qué un plan de formación?
Implica una finalidad y un objetivo. No tiene sentido empezar a recoger necesidades de formación sin una estrategia clara y definida. Va en línea con la visión y valores de la compañía. Hay que buscar una motivación, un camino. Si no tenemos claro el motivo para formar a nuestros equipos el resultado no contentará a nadie, ya que no cubrirá las necesidades ni de la empresa ni de los colaboradores. Y lo que aún sería peor es que a nadie le importase. «Cuando no sabes a dónde navegas ningún viento es favorable»
¿Para qué un plan de formación?
Implica acción y necesidad. Construyo y creo con sentido. Va en línea con la misión de la compañía. Ver más allá y poner las bases sólidas de presente y de futuro. Hacer para crear. Hay que buscar una razón. Hacemos esto porque queremos llegar a esto otro y tenemos claro cómo hacerlo.