Lo sabe todo el mundo. Un colaborador motivado es un colaborador productivo y feliz. Ya está. Ni más ni menos. Ni magia ni estudios sesudos.
La parte difícil de la ecuación es encontrar el cómo hacerlo. Yo me haría dos preguntas.
-. ¿Qué podemos hacer para motivar a nuestros colaboradores?
-. ¿Qué podemos hacer para no desmotivar a nuestros colaboradores?
Muchas veces nos empeñamos en querer encontrar soluciones creativas a los retos de la motivación y a menudo la respuesta es más sencilla de lo que creemos. Dejemos de hacer lo que no funciona.
Te parecerá una obviedad lo que estoy diciendo pero no lo es en absoluto. Te llevarías las manos a la cabeza si supieras la de organizaciones que continúan haciendo las cosas porque siempre se ha hecho así o porque nadie me ha dicho que esa no es la forma correcta.
Evitemos a toda costa discursos y comportamientos organizativos que generen rutina y apatía, falta de creatividad e innovación y carencia de iniciativa.